jueves, 30 de junio de 2011



PABLO GONZÁLEZ VELÁZQUEZ
(1664 – 1727)


Escultor.

Este andujareño del Barroco, al que rescató del relativo olvido el profesor Galera hace ya unos años, desarrolló sus dotes artísticas en Madrid, donde realizó diversas obras escultóricas. Entre ellas se pueden citar las siguientes: San Judas Tadeo de San Juan de Dios, el bajorrelieve de la portada de la iglesia de Santa Cruz, la escultura de piedra de San Luis Obispo del templo del mismo nombre (portada hoy adosada al templo del Carmen, que se puede ver en la fotografía inferior), las de San Benito y San Bernardo del altar mayor de las Calatravas, un San Antonio en Aranjuez, gran parte de la escultura decorativa del altar mayor de San Felipe el Real (trabajando junto a José Churriguera y Juan de Villanueva), la escultura de la custodia de la iglesia de San Sebastián, etc. Por desgracia, casi todas sus esculturas se han perdido.


(De www.gogobot.es)

Llegó a ser muy famoso en su época y cuentan que el propio Luis I deseó que fuera escultor de cámara, cargo al que renunció por ser Pablo ya mayor (aunque cuando murió el andujareño, el príncipe y futuro rey contaba sólo con diez años de edad, lo cual resta credibilidad a este comentario).
El profesor Cantón apunta el acendrado barroquismo de nuestro paisano, presente en todas sus imágenes, las cuales semejan estar "como agitadas por la pasión, tan difícil de hallar en la imaginería de aquel tiempo, que aborrasca los paños, conturba las actitudes, hace los rostros gesticulantes, cual si el arte de González Velázquez expresase el aliento de siglo y medio atrás".

Portada lateral de la iglesia del Carmen de
Madrid (foto: Fernando López Vargas-Machuca)

Y es que Pablo González vivió la agonía del Barroco y el advenimiento del Neoclasicismo, permaneciendo, no obstante, fiel a la escuela en la que se formó. No ocurrirá lo mismo con su descendencia: toda una cohorte de pintores, escultores y arquitectos madrileños que nutrirán de gusto clásico palacetes e iglesias de la capital del Reino. Estamos, pues, ante una de las famosas dinastías de artistas andujareños, aunque en este caso no desarrollaran su oficio en la ribera del Guadalquivir.

S. Joaquín en el Museo Nacional Colegio
S. Gregorio de Valladolid.
(Foto de patriciawla4. www.flickriver.es)
 
Los hijos artistas fueron tres: Luis (1715-1764), discípulo de la Junta preparatoria de la Real Academia de San Fernando, y una vez fundada esta, miembro de la misma, siendo su teniente-director de pintura (cargo que también ostentarían sus hermanos). Más tarde pasó a ser pintor de cámara de Fernando VI. Fue decorador del Buen Retiro, junto con su hermano Alejandro, y dejó abundantes frescos en los templos madrileños y en el Palacio Real. Alejandro (1719-1772) trabajó en los palacios del Real Sitio de San Ildefonso y de Aranjuez. Su hijo Antonio trabajó en América como director de la Academia de San Carlos de México. Antonio, el más pequeño de los hijos de Pablo (1723 ó 29-1793) estudió con Giacquinto en Roma. A su vuelta se le encargó pintar la cúpula de la Capilla Angélica del Pilar de Zaragoza. En Madrid decoró la cúpula y pechinas de la iglesia de la Encarnación, y algunas salas del Palacio Real, del Pardo y de la Casa del Salvador de Aranjuez. Llegó a ser pintor honorario de Carlos III. Tuvo dos hijos que también se dedicaron a las Bellas Artes: Isidro (1765 ó 68-1822 ó 29) fue pintor y grabador. Estuvo pensionado en Roma y fue también académico de la de San Fernando de Madrid. Hizo el modelo para el obelisco conmemorativo de los mártires del Dos de Mayo. Zacarías (1763-1834) fue discípulo de su padre y de Maella. Trabajó para la Real Fábrica de Tapices y desde 1801 fue pintor de cámara de Carlos IV. Se conservan obras suyas en Madrid y en otras provincias. Curiosamente, con él, volvió el arte de los González Velázquez a Jaén: en el templo del Sagrario, anejo a la iglesia catedral, se conservan cuadros del nieto del andujareño Pablo González Velázquez.


FUENTES:

CEÁN BERMÚDEZ, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de Bellas Artes en España. Madrid, 1800.

GALERA ANDREU, Pedro; “Acerca de algunos andujareños relacionados con las Bellas Artes”. In Estudios de historia de Andújar, Andújar, Ayuntamiento, 1984.

SÁNCHEZ CANTÓN, “Escultura y pintura del siglo XVIII”, In Ars Hispaniae (Historia Universal del arte hispánico). Madrid, Plus Ultra, 1965. Tomo XVII (I).

URREA FERNÁNDEZ, Jesús; “Una propuesta para el escultor Pablo González Velázquez” In Varia del Boletín del Seminario de estudios de Arte y Arqueología. Valladolid, Universidad, 1977. Tomo 43, pp. 484-488.


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